viernes, 20 de marzo de 2015

Ricotta Casera con Wakame


Como contaba en la anterior entrada (la del pan de buttermilk) el hecho que me movió a hacer esta receta es que tenía casi un litro de leche en la nevera y, oh! tristeza, estaba cortada. Lo de tirar comida me resulta muy duro así que decidí cambiar el designio de la leche, que se hubiera ido directa a la basura... y acabó deleitándonos las papilas gustativas en forma de queso.

Si nunca lo has hecho parece algo fuera de nuestro alcance: hacer queso en casa. Por lo menos, a mí me pasaba. Yo, que soy adoradora del queso en todas su formas, texturas y sabores acompañados de un buen pan, eso sí... y un buen vino, también. 

Cuando haces el queso, queda un excedente en forma de suero de leche que también se conoce como buttermilk in inglis, profanando la lengua de Cervantes, Lope de Vega y Calderón, que me perdonen. Pues con ese suero puedes hacer un delicioso pan como el pan de buttermilk sin amasado (para los más cómodos) que publiqué ayer, o utilizarlo para hacer cupcakes o bizcochos.

La consigna es: no tirar nada, cocinar con lo que tenemos en casa y utilizar la imaginación!!!! Pues a ellooooo


Ingredientes:

1 litro de leche
1 limón
sal
2 cucharadas de algas wakame deshidratadas (o cualquier tipo de alga)


Preparación:

Calentamos un poco la leche y añadimos el jugo del limón. Revolvemos y vertemos en un colador cubierto por gasas estériles. También se puede utilizar un paño limpio.

Dejamos que se desarrolle el proceso en la nevera durante toda una noche. Hay gente que para sacarle todo el líquido le pone un peso encima. Yo prefiero que se quede jugoso. Por cierto, ese líquido es el suero de leche conocido también como buttermilk. ¡No lo tires! Lo puedes utilizar para hacer pan, bizcocho o cupcakes. Hace que queden muy jugosos. Arriba puse la receta del pan de buttermilk, un pan que no necesita amasado y queda muy tierno por dentro. Es el pan que está en la foto.

Pasada la noche retiramos el queso y lo metemos en un tarro. Añadimos las algas wakame (puede ser cualquier alga) y mezclamos bien. Las algas se hidratarán al poco tiempo.

Añadimos sal y mezclamos nuevamente. Cuando las algas se ablanden ya se puede consumir. También se puede guardar en la nevera.

Truqui
las algas pueden ser sustituídas por hierbas aromáticas como salvia, orégano, albahaca y queda delicioso

Nota
con este queso hice unos gnoquis de batata impresionantes. Próximamente publicaré la receta.

jueves, 19 de marzo de 2015

Pan en Cubitos con Queso y Hierbas Aromáticas


Realmente quería titular la receta como "Hellrising Cheesy Bread"... pero la referencia de una peli de terror aquí como que no me hacía tilín, y que mucha gente ni conocerá esa película... porque ya tiene unos añitos...

Bueno, todo empezó porque tenía la masa del pan fermentando y esperando a hornear cuando la vio Marian, mi maravillosa compañera de piso que me acogió con brazos abiertos. Pues bien, a media mañana, Marian me envió la foto de la receta (parecida a la que hice abajo), que no sé de dónde la sacó, siento no poder poner la referencia. 

Bien, tenía ya el pan horneado. Miro el pan. Miro la foto en el móvil. Miro el pan y... me lancé cual Hannibal Lecter a diseccionar delicadamente el pan. Es muy divertido y, teniendo ya el pan, es superrápido de hacer. Y, lo mejor, es que queda delicioso!!!

Anímense para la siguiente fiesta de traje!!!! (traje un salmorejo, traje una empanada...)



Ingredientes:

pan de buttermilk o pan normal

queso tierno que funda
pimienta negra
hierbas aromáticas (orégano, romero, salvia...)
aceite de oliva virgen

Preparación:

Puedes hacer un pan casero, como este pan de buttermilk que publiqué anteriormente, o comprarlo hecho. Así es más rápido no, rapidísimo!!!!



Simplemente has de cortar el pan en líneas longitudinales y transversales con cuidado de no romperlo.

En las rendijas metes el queso. Yo puse queso manchego y no fundió mucho. Tengo que repetir y hacerlo con un queso tierno.

Añades pimienta negra recién molida, si te gusta, y las hierbas aromáticas que tengas o que más te gusten. Yo puse orégano, romero y salvia.

Lo pones en un recipiente que puedas introducir en el horno, con papel especial de horno en la base, para que no se queme el pan y rocías el pan con aceite de oliva. 

Horneas durante 15 minutos a 160ºC, o hasta que el queso esté fundido.


Apartado de agradecimientos:
  • Otra vez gracias a Darlene y Neal, pues las hierbas eran de su jardín... hummmm
  • Gracias a Marian por la idea
  • Gracias al de la idea que puso la foto en internet
  • Gracias a Gelkin por disfrutarlo tanto 
  • Y gracias al horno, que ya nos hemos hecho amigos ;)
Nota:

El buttermilk salió de un litro de leche que se me cortó. Con ello hice queso ricotta. Es facilísimo.

Pan de Buttermilk (sin amasado)


Estaba pasando unos días, maravillosos días por cierto, en la casa de unos amigos en la zona de la montaña. La temperatura estaba fresquita y la lluvia nos debía querer mucho pues no paraba de visitarnos. Y, lo mejor, los anfitriones: Darlene y Neal, una pareja  acogeda, generosa... inefables es en realidad la mejor palabra para definirlos. Se estaba dando el caldo de cultivo perfecto para... Ahá... sabes la respuesta ¡sí! Comer, cocinar y comer más. Era lo que pensabas ¿verdad? A decir verdad era Darlene la cocinaba. Es más, no paraba de cocinar!!! Y no solo eso, todo lo que salía de sus ollas, sartenes y cazuelas era más que delicioso... 

Las noches se alargaban con una copa de vino y luego... otra copa de vino. Y, antes de ir a dormir, Darlene rápidamente preparaba la masa de pan para hornear a la mañana siguiente. Bien, hemos llegado al punto neurálgico de esta entrada: el PAN. Me hice con la receta y la cambié un poquito. Quería probar algo: cambiar el agua por buttermilk o suero de leche. (El buttermilk da una consistencia muy esponjosa al pan, bizcochos, cupcakes...)

En la nevera tenía guardado el buttermilk (suero de leche). Me había sobrado de hacer un queso ricotta con algas que había preparado para aprovechar un litro de leche que se me había cortado. Es una buena forma de aprovechar y no tirar nada!!! Y, no te preocupes,aquí puedes ver la receta pero... ¡no te vayas! ¡¡¡que seguimos con el pan ahora mismito!!!


Ingredientes:

3 tazas de harina

1 1/2 taza de buttermilk (o agua)
1/2 cucharadita de sal
3 cucharaditas de levadura (no polvo de hornear)
1 cucharadita de azúcar moreno 


Preparación:

Calienta ligeramente (30ºC, para que no se mueran las levaduras) el buttermilk o suero de leche. Si no tienes, utiliza agua, que es lo normal. Lo que hacer el buttermilk es darle una consistencia más esponjosa.


Diluye completamente la levadura en una taza de buttermilk o suero de leche con el azúcar .

En un bol mezcla bien la harina con todo el buttermilk y la levadura. Importante. Todavía no añadas la sal pero acuérdate de echarla después ;)

Sí, es una mezcla bastante chiclosa, no dudes de ti, lo has hecho bien :)

Tapa el bol con un paño limpio.

Deja reposar en lugar templado de 12 a 18 horas.

...

Precalienta el horno a 230ºC/450ºF 

Bien... la masa sigue chiclosa y no confías en que de ahí pueda salir algo parecido a lo que llaman pan. Confía. Solo eso, pequeño saltamontes. Jejeje, lo digo porque yo no confiaba ni repajoleramente.

Añade la sal ¡no te olvides! y mezcla.

Vierte la masa en un molde forrado de papel para horno.

Cuando el horno esté bien caliente introduce el molde y lo cubres con papel de horno o papel de aluminio, sin que toque la masa, para que no se queme la superficie. Así durante 30 minutos.

Transcurridos estos 30 minutos quitas el papel que recubría la masa. Ya puedes atisbar un pan blancuzco. Y lo dejas en el horno durante 15 minutos más. Pero vete controlando (sin abrir el horno para que no baje la temperatura) que no se queme la superficie. Quizá lo tengas que dejar un poco más de tiempo o menos.

Biennnnnn!!! Ya tienes un pan! Un pan que probarás cuando haya enfriado, si aguantas la tentación. Un pan esponjoso por dentro con un textura próxima a la del bizcocho... y sin añadir ninguna grasa!!!

Mira lo que se puede hacer con este pan: pan en cuadraditos próximamente en tú blog amigo! Sí! Para Morir de Gula... :)

miércoles, 25 de febrero de 2015

Flat Bread con Mango y Rúcula



Cuando no tengo mucho tiempo me hago una ensalada y ya, la verdad. Pero siempre que estoy en casa me preparo algo de comer. Pasé muchos años cocinando para otros pero cuando me quedaba sola comía pan y queso o cualquier cosa que encontraba por la nevera. Pero descubrí que a través de la comida nos damos amor, podemos dar amor a otros pero si no nos amamos a nosotros mismos… qué puedes dar a los demás ¿es realmente amor? ¿o son apegos? ¿dependencias?... cada uno tenemos que buscar en nuestras profundidades… solo en nosotros está la respuesta.

Por eso, cocinarnos algo es un acto de amor. Incluso sin tiempo podemos prepararnos algo bonito, delicioso y sano. A través de los ojos también comemos. Pongamos un plato bonito, una flor, un jugo natural… y una musiquita tranquila, quítate los zapatos… y eso es otra cosa ¿verdad? Tardé mucho en aprender eso.  Y, sí, a veces no lo hago… pero no hay que sentirse culpable, al siguiente día puedes volver a tu ritual de amor y alimento.

Lo delicioso de esta receta es la combinación de sabores: la mozarella, el mango y la rúcula maridan increíblemente.  Yo lo acompañé con un batido de fresa y banana… para salivar sólo de leer!


Ingredientes:

flat bread de origen ecológico
mozzarella
mango maduro
rúcula
aceite de oliva virgen


Preparación:

En una plancha al fuego, o en el horno, pones el flat bread con mozzarella encima. Y lo dejas hasta que esté bien fundida.

Lo retiras del fuego o del horno y pones el mango por encima cortado en rodajas.

Después pones la rúcula bien limpia y seca.

Y un chorrito de aceite de oliva virgen.

¿A que es rápido?

Truki: Le queda divino el queso manchego, pruébalo!

viernes, 20 de febrero de 2015

Helados de Cacao y... ¡Aguacate! - Reto Recetas Sanas

 


Muchas veces creemos que el postre es pecado, que no debemos comer dulce, que nos hace daño… lo que nos hace daño es la restricción y, en la mayoría de las ocasiones, eso desemboca inevitablemente en lo opuesto: atiborrarse de dulces hasta reventar… y luego sentirnos culpables. Se puede comer de todo… en su justa medida, siempre escuchando al cuerpo, él te dirá cuál es la justa medida. Ver cómo nos sienta un alimento, si nos produce cansancio, pesadez, irritación… dolor de cabeza! Sí, también puede ocurrir.

De postre o de merienda, puedes comerte un heladito de estos… y aunque creas que es una combinación imposible… ¡pruébalo! De verdad que queda delicioso. El aguacate le brinda una textura muy agradable y, el sabor, se lo da el cacao. Así que si eres amante del chocolate y quieres experimentar un poco, te animo a que hagas este dulce. Además es facilísimo de hacer, así que no hay excusas. Lo único es encontrar aguacates de buena calidad, ahí está la clave ;)


Ingredientes:
2 tazas de aguacate maduro cortado en cubitos
4 cucharadas colmadas de cacao puro en polvo sin azúcar
3 cucharadas de miel (a tu gusto gusto)
Preparación:
En el vaso de una batidora pones los ingredientes: aguacate, miel y cacao. Bates bien hasta que quede fino. Si utilizas batidora de vaso ponlo en la máxima potencia.

Viertes el contenido en unos moldecitos para polos/paletas e introduces en el congelador/freezer.

Esperas a que se congele y ¡listo! ¡¡¡Ahí tienes un postre rápido, sano y original!!!


Truki: Le puedes poner canela, cardamomo o la especia que más te guste