Como contaba en la anterior entrada (la del pan de buttermilk) el hecho que me movió a hacer esta receta es que tenía casi un litro de leche en la nevera y, oh! tristeza, estaba cortada. Lo de tirar comida me resulta muy duro así que decidí cambiar el designio de la leche, que se hubiera ido directa a la basura... y acabó deleitándonos las papilas gustativas en forma de queso.
Si nunca lo has hecho parece algo fuera de nuestro alcance: hacer queso en casa. Por lo menos, a mí me pasaba. Yo, que soy adoradora del queso en todas su formas, texturas y sabores acompañados de un buen pan, eso sí... y un buen vino, también.
Cuando haces el queso, queda un excedente en forma de suero de leche que también se conoce como buttermilk in inglis, profanando la lengua de Cervantes, Lope de Vega y Calderón, que me perdonen. Pues con ese suero puedes hacer un delicioso pan como el pan de buttermilk sin amasado (para los más cómodos) que publiqué ayer, o utilizarlo para hacer cupcakes o bizcochos.
La consigna es: no tirar nada, cocinar con lo que tenemos en casa y utilizar la imaginación!!!! Pues a ellooooo
Ingredientes:
1 litro de leche
1 limón
sal
2 cucharadas de algas wakame deshidratadas (o cualquier tipo de alga)
Preparación:
Calentamos un poco la leche y añadimos el jugo del limón. Revolvemos y vertemos en un colador cubierto por gasas estériles. También se puede utilizar un paño limpio.
Dejamos que se desarrolle el proceso en la nevera durante toda una noche. Hay gente que para sacarle todo el líquido le pone un peso encima. Yo prefiero que se quede jugoso. Por cierto, ese líquido es el suero de leche conocido también como buttermilk. ¡No lo tires! Lo puedes utilizar para hacer pan, bizcocho o cupcakes. Hace que queden muy jugosos. Arriba puse la receta del pan de buttermilk, un pan que no necesita amasado y queda muy tierno por dentro. Es el pan que está en la foto.
Pasada la noche retiramos el queso y lo metemos en un tarro. Añadimos las algas wakame (puede ser cualquier alga) y mezclamos bien. Las algas se hidratarán al poco tiempo.
Añadimos sal y mezclamos nuevamente. Cuando las algas se ablanden ya se puede consumir. También se puede guardar en la nevera.
Truqui:
las algas pueden ser sustituídas por hierbas aromáticas como salvia, orégano, albahaca y queda delicioso
Nota:
con este queso hice unos gnoquis de batata impresionantes. Próximamente publicaré la receta.